La Franja de Gaza, asediada por los recientes ataques israelíes, enfrenta un escenario desolador mientras cuadras enteras han quedado reducidas a escombros y los hospitales luchan con suministros agotados.
Esta crisis se agrava por la letal incursión masiva de insurgentes de Hamás en Israel, desencadenando una guerra que ha cobrado la vida de al menos 2 mil 200 personas en ambos lados del conflicto.
Los bombardeos han arrasado vecindarios enteros, dejando un número desconocido de víctimas bajo los escombros, mientras que los insurgentes de Hamás retienen a unas 150 personas, incluyendo soldados, civiles, niños y adultos mayores.
Israel ha prometido una ofensiva sin precedentes contra Hamás tras su incursión en el sur del país, que incluyó ataques a civiles en sus casas y en un festival de música al aire libre.
La situación humanitaria en Gaza se deteriora con la escasez de productos de primera necesidad y cortes de electricidad.
Israel ha impedido la entrada de alimentos, combustible y medicamentos al territorio, y el único paso fronterizo con Egipto cerró después de ataques aéreos cercanos.
Los gazatíes buscan refugio en escuelas de Naciones Unidas, y la capacidad de encontrar lugares seguros se reduce. Los hospitales, desbordados por heridos, se quedan sin suministros, y la falta de electricidad agrava la situación.
Grupos humanitarios han pedido la creación de corredores para llevar ayuda a Gaza, ya que la OMS informa que los suministros de siete hospitales se han agotado debido a la afluencia de heridos.
Israel ha llamado a filas a 360 mil reservistas, aumentando la posibilidad de una ofensiva terrestre sobre Gaza y presionando al gobierno israelí para derrocar a Hamás, que gobierna la Franja desde 2007. La reocupación de Gaza, al menos temporal, se vislumbra como una opción en esta crisis.
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