Cada año, el 4 de mayo se celebra el Día Mundial del Asma, una iniciativa impulsada por la Global Initiative for Asthma (GINA) para concientizar a la población sobre esta enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo.
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que provoca dificultad para respirar y sibilancias. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente afecta a unas 339 millones de personas en todo el mundo y se estima que su incidencia seguirá aumentando en los próximos años.
El asma puede ser desencadenado por diversos factores como la contaminación del aire, el polen, los ácaros del polvo y otros alérgenos, así como por infecciones respiratorias y el ejercicio físico intenso. Aunque puede afectar a personas de todas las edades, es más común en la infancia y la adolescencia.
Además de limitar la capacidad física y la calidad de vida de quienes lo padecen, el asma también puede ser mortal en casos graves.
Según la OMS, se estima que cada año mueren unas 400 mil personas a causa de esta enfermedad, y la mayoría de estas muertes podrían evitarse con una detección temprana y un tratamiento adecuado.
La prevención y el tratamiento del asma son fundamentales para reducir su impacto en la salud pública y mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.
Es por ello que el Día Mundial del Asma busca sensibilizar a la población sobre la importancia de la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado de esta enfermedad.
Este año, la campaña del Día Mundial del Asma se centra en el lema “Unidos por el asma”, haciendo hincapié en la importancia de la colaboración entre pacientes, profesionales de la salud, organizaciones y la sociedad en general para mejorar la prevención y el tratamiento del asma en todo el mundo.
Fuentes: Global Initiative for Asthma (GINA) / Organización Mundial de la Salud (OMS)
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