El deterioro en el que se encuentra el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) evidencia la falta de recursos para darle mantenimiento (y una de las consecuencias fue la aparición de un bache en una pista de aterrizaje) aún en infraestructura clave, consideraron especialistas.
El domingo por la tarde, el AICM anunció el cierre de una pista -de las 18:05 a 04:00 horas del día siguiente- debido a la aparición de un bache que sería reparado, afectando 35 vuelos y provocando tres cancelaciones.
Juan Antonio José, analista del sector aéreo, indicó que la aparición de baches en las pistas del aeropuerto capitalino no es más que la consecuencia de la reducción en su presupuesto, lo que ha deteriorado muchas de sus áreas.
“La aparición de un bache es un impedimento para que la pista del mismo opere con seguridad. Un bache con gravilla, por ejemplo, puede afectar en que ésta última sea succionada por las turbinas de los aviones y dañarlas”, explicó.
Recordó que las revisiones en las pistas se hacen diariamente, por lo que el bache que se presentó en el AICM se debe a falta de mantenimiento, puesto que no apareció de un día para otro.
“Las pistas se revisan dos o tres veces al día, pero actualmente se han reducido el número de recursos humanos para supervisarlas, y si en su defecto el bache fue detectado, pero no se atendió es porque no se contaba con el recurso para repararlo”, expuso José.
Gabriel Rojas, también especialista aéreo, coincidió en señalar que no se ha llevado un control del mantenimiento en calles de rodaje, pistas e instalaciones de navegación aérea.
“En temporada de lluvia es cuando más se debería de llevar este tipo de control y de revisión, pero no se están llevando a cabo y se da por la falta de presupuesto”, criticó.
Rojas comentó que estos hechos ponen en alerta al sector porque no se está dando prioridad a la seguridad aérea y aeroportuaria y se violan reglamentos y regulaciones para la conservación de las pistas.
José Suárez, secretario de prensa de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), explicó que bache con gravilla y de gran tamaño provoca que se disminuya el frenado o aceleración de un avión.
“Con la velocidad que tiene la aeronave es peligroso que se encuentre con una superficie que no es plana, y dependiendo del tamaño del bache, podría ocasionarle un daño estructural (al avión), que éste se desvíe o que gire”, explicó.
Suárez destacó que si la gravilla es succionada por una turbina puede ocasionar daños en el motor y hasta fuego en el mismo.
“Es por eso que se deben de cuidar las superficies por las que transitan las aeronaves, como las pistas, calles de rodaje y plataformas, que estén limpias de objetos”, puntualizó.
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