El mariscal de campo de los Acereros de Pittsburgh, Ben Roethlisberger, el “Big Ben” confirmó este jueves que se retira de la NFL.
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A sus 39 años y luego de haber conquistado dos anillos de Súper Tazón en su carrera, el “Big Ben” dijo adiós a los emparrillados.
“No sé cómo expresar con palabras lo que el fútbol ha significado para mí y la bendición que ha sido”, dijo en un video de despedida.
“Pero sé con confianza que le he dado todo al juego, estoy lleno de gratitud por lo que me ha dado”.
La última participación de Roethlisberger con los colores de los Acereros fue en el encuentro en el que los Jefes de Kansas City los echaron en Ronda de Comodines, el pasado 16 de enero.
El berrinche que mandó al ‘Big Ben’ a Pittsburgh
Ben Roethlisberger jugó en la Ronda de Comodines su último partido con los Acereros, franquicia con la que obtuvo dos anillos de Super Bowl, en las ediciones XL y XLIII, pero probablemente nada de eso hubiera sucedido sin el berrinche de un joven Eli Manning.
En el Draft de la temporada 2004, Manning partía como el favorito para ser la primera selección del Draft, misma que le pertenecía a los Cargadores, en aquel entonces de San Diego, algo que no complacía al hermano menor de Peyton.
Manning no tuvo reparo en hacer pública su indisposición para jugar con los Chargers, algo que generó un enorme ambiente de especulación entre las franquicias de la Liga: ¿quién se quedaría con él?
Como era de esperarse, San Diego eligió a Manning como la primera selección, pero Eli ni siquiera quiso ponerse la gorra de la organización.
En ese mismo Draft, jugadores como Larry Fitzgerald, DeAngelo Hall, Reggie Williams y Philip Rivers esperaban ser elegidos por algún equipo.
Fue precisamente Rivers quien se convirtió en la respuesta al enigma. Egresado de la Universidad de Carolina del Norte, los expertos consideraban a Rivers un prospecto interesante, pero no suficientemente bueno como para estar entre los primeros elegidos del Draft.
Por ello fue aún más sorprendente cuando los Gigantes de Nueva York lo seleccionaron como el cuarto pick, un lugar que, afirmaban los scouts, era para el talentoso pasador de la Universidad de Miami, Ben Roethlisberger.
Minutos después, la decisión de los Gigantes hizo sentido: Rivers era el único quarterback por el que los Cargadores estaban dispuestos a negociar a Manning.
“No lo esperábamos. Estaba en casa con mi familia, esperando alguna llamada, cuando de pronto dijeron que los Gigantes me habían elegido”, cuenta Rivers para NFL Network, recordando aquel momento.
“Usualmente, los equipos te llaman para avisarte que te elegirán y felicitarte, pero desde ese día y hasta la fecha, nunca he tenido contacto con algún directivo de los Gigantes de Nueva York”.
Poco tiempo después, mientras el Draft seguía en marcha, San Diego anunció un intercambio con los Gigantes. Manning por Rivers y tres selecciones del Draft, una de tercera ronda en 2004 y otras dos de primera y quinta ronda en 2005.
Mientras tanto, un nervioso Roethlisberger, desilusionado por no ser requerido por los Gigantes, esperaba su oportunidad. Después de las primeras diez selecciones, finalmente tocó el turno de un equipo que estaba desesperado por encontrar un nuevo quarterback.
Sin pensarlo mucho, los Acereros de Pittsburgh eligieron al “Big Ben” y, gracias al berrinche de Manning, comenzaron una etapa dorada para la franquicia.
En retrospectiva, Eli Manning hizo el mejor movimiento para su carrera… y, sin querer, también para la de Roethlisberger.
Manning ganó dos anillos de Super Bowl con los Gigantes, en las ediciones XLII y XLVI, la misma cantidad que Roethlisberger con los Steelers.
En cambio, Philip Rivers no estuvo ni cerca se conseguir un campeonato con los Chargers de San Diego, donde, por lo menos, se convirtió en una leyenda de la franquicia.
Agencia Reforma