El 20 de marzo marca un hito en el calendario astronómico al dar la bienvenida al equinoccio de primavera, un fenómeno que marca el fin del invierno y el inicio de la temporada cálida. Pero, ¿por qué este evento ocurre un día antes de lo que comúnmente se cree?
El equinoccio de primavera se produce cuando los rayos del sol caen perpendicularmente sobre el eje de rotación de la Tierra, extendiéndose desde el Polo Norte hasta el Polo Sur.
Aunque popularmente se ha establecido que el primer día de primavera es el 21 de marzo, la realidad es que esta fecha puede variar anualmente debido a la órbita terrestre y al calendario gregoriano utilizado comúnmente.
La Tierra completa su órbita alrededor del Sol en poco más de 365 días, pero el calendario gregoriano redondea este período a 365 días, sin considerar los 0,256 días adicionales.
Este año bisiesto, 2024, implica una compensación de esos días adicionales, lo que hace que la primavera comience el 20 de marzo en lugar del 21.
Este patrón se mantendrá durante varios años, hasta que nuevamente se presente un cambio. Por ejemplo, en el año 2044, el equinoccio ocurrirá el 19 de marzo debido a la acumulación de días adicionales. Sin embargo, en el año 2100, volverá a caer el 21 de marzo.
El equinoccio de primavera, aunque asociado con la igualdad de luz y oscuridad, no necesariamente implica que el día y la noche tengan la misma duración exacta.
Este fenómeno, observado y celebrado en diversas culturas desde tiempos antiguos, marca un momento de transición y renovación en el calendario astronómico y cultural, con un profundo significado simbólico y una conexión con el ciclo de la naturaleza.
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