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Tomás Zerón acepta que amenazó a El Cepillo, pero no lo torturó

En una reciente entrevista con la BBC News, el ex director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás Zerón de Lucio, admitió haber amenazado al presunto sicario del grupo criminal Guerreros Unidos, Felipe Rodríguez Salgado, conocido como ‘El Cepillo’, en el marco de la investigación sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014. Sin embargo, negó categóricamente haberlo torturado.

“Es cierto que lo amenacé, pero nunca lo torturé. Como jefe de la Agencia de Investigación Criminal, no tenía necesidad de recurrir a la tortura”, declaró Zerón de Lucio durante la entrevista.

El ex funcionario de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) relató cómo la dependencia intervino en el caso y cómo obtuvieron información sobre el paradero de los estudiantes desaparecidos.

Zerón de Lucio explicó que, tras recibir datos sobre el posible destino de los normalistas, se dirigieron al basurero de Cocula y al Río San Juan, donde presuntamente fueron asesinados y desaparecidos los jóvenes. Afirmó que todas las diligencias se llevaron a cabo conforme a la ley.

Además, señaló la posible complicidad del entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, con el narcotráfico, y afirmó que las primeras detenciones realizadas en relación con el caso apuntaban directamente a la participación e instrucción del alcalde.

Zerón de Lucio también describió cómo obtuvieron información crucial sobre la ubicación de las bolsas que contenían los restos de los estudiantes, gracias a la declaración del detenido ‘El Cepillo’.

“El detenido nos indicó que habían arrojado ocho bolsas con los restos de los estudiantes al río”, afirmó Zerón de Lucio.

Aunque reconoció haber amenazado al detenido, Zerón de Lucio negó haber llevado a cabo actos de tortura en el caso Ayotzinapa.

El ex funcionario, actualmente en Israel donde no existe un convenio de extradición con México, enfrenta acusaciones de tortura y otras irregularidades en relación con su gestión durante la investigación del caso Ayotzinapa.

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