En una escalada de la ofensiva en curso, Israel bombardeó campos de refugiados palestinos en el centro de Gaza y emitió órdenes de evacuación a los residentes.
Esto indica la posible expansión de la ofensiva terrestre a otra sección del territorio asediado. El principal proveedor de telecomunicaciones de Gaza, Paltel, anunció otra “interrupción total” de servicios.
La apertura de una nueva zona de batalla sugiere un prolongado conflicto. A pesar de la presión internacional para un cese del fuego, el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que la lucha “no está ni cerca de terminar”.
La ofensiva ha sido una de las más devastadoras, con más de 20,600 palestinos muertos, dos tercios de ellos mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.
En respuesta a las críticas de la ONU, Israel anunció la suspensión de visados automáticos a empleados de la organización.
Residentes del centro de Gaza describen una intensa noche de bombardeos, y las fuerzas militares israelíes ordenaron evacuaciones en una franja territorial, instando a trasladarse a otra área.
La región enfrenta repercusiones regionales, con frentes de conflicto en varios países, incluidos Líbano, Siria, Irak, Yemen e Irán.
La situación humanitaria en Gaza es crítica, con más del 85% de la población desplazada. Israel prometió eliminar las capacidades de Hamas en Gaza, intensificando los combates y amenazando con prolongar el conflicto.
La ONU ha instado a acelerar las entregas de ayuda, pero muchas áreas siguen aisladas. Las milicias respaldadas por Irán también han aumentado los ataques en apoyo a Hamas, ampliando la complejidad de la situación.
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