El Día Internacional del Champagne, celebrado cada año el cuarto viernes de octubre, es una celebración que permite explorar la historia, la elaboración y la importancia de esta icónica bebida burbujeante.
El champagne, a menudo asociado con momentos de celebración y sofisticación, tiene una rica tradición que lo distingue de otros vinos espumosos que a continuación exploraremos.
Origen del Champagne
El champagne se origina en la región de Champagne, en el noreste de Francia. Su historia se remonta a siglos atrás, cuando los monjes benedictinos de la abadía de Saint-Pierre d’Hautvillers comenzaron a experimentar con la fermentación de uvas en la región.
Con el tiempo, Champagne se convirtió en el epicentro de la producción de esta bebida efervescente, gracias a sus condiciones geográficas y climáticas únicas.
Proceso de Elaboración
El champagne es conocido por su método de producción meticuloso, conocido como el “método champenoise” o “método tradicional.” Este proceso implica varias etapas clave:
- Cosecha de uvas: Se utilizan principalmente tres variedades de uva: Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier. La vendimia se realiza a mano para preservar la calidad de las uvas.
- Prensado: Las uvas se prensan suavemente para extraer el jugo que se convertirá en vino base.
- Fermentación: El vino base se fermenta en tanques de acero inoxidable. Posteriormente, se mezclan diferentes vinos base para crear un “coupage” que aporta complejidad y carácter.
- Toma de espuma: El vino base se embotella con azúcar y levadura, lo que provoca una segunda fermentación en la botella. Durante este proceso, se forman las burbujas naturales.
- Envejecimiento: El champagne se envejece en las bodegas durante un período que puede variar desde varios años hasta décadas, lo que contribuye a su sabor y aroma únicos.
- Degüelle: Durante este paso, se elimina el sedimento que se forma durante la fermentación. Luego, se ajusta la cantidad de azúcar, lo que determina si el champagne será brut, seco, semiseco u otro tipo.
- Corcho y etiqueta: Finalmente, se corcha la botella con un corcho de alta calidad y se coloca la etiqueta que certifica su origen.
Denominación de origen
El término “champagne” está protegido por la Denominación de Origen Controlada (AOC) de Champagne, que regula estrictamente la producción de esta bebida.
Para que un vino sea considerado champagne, debe cumplir con ciertos estándares, como ser producido en la región de Champagne y seguir el método de elaboración tradicional.
La AOC también establece normas para la cantidad de uva que se puede plantar y cosechar por hectárea, lo que garantiza la calidad y autenticidad del champagne.
Te puede interesar: Día Internacional del Tequila, a celebrar el elixir nacional mexicano