En 2022, mil 433 migrantes de Centroamérica, el Caribe y México murieron o desaparecieron en su camino desde su país de origen hacia Estados Unidos, según datos del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De ellos, casi la mitad falleció o fue visto por última vez en la frontera de México y Estados Unidos, destaca en el informe.
Las principales causas directas de estos decesos en las ciudades fronterizas de México, dice el Proyecto, han sido por ahogamiento, “en especial en el río Bravo y los canales circundantes, y las muertes provocadas por las duras condiciones ambientales y la falta de refugio, alimentos y agua”.
“Los migrantes pueden ser víctimas de accidentes vehiculares, de caídas desde el muro fronterizo debido a la irregularidad del terreno, y de violencia”, se lee en el informe.
Del total de migrantes que fallecen en la línea limítrofe de México y Estados Unidos, en más de un tercio se desconoce la causa, “debido a la escasa presencia humana a lo largo de las fronteras y los terrenos inhóspitos, pues en muchos casos los restos de los muertos son encontrados mucho después de ocurridos los fallecimientos, cuando ya no es más posible establecer la causa de éstos”, alerta el documento.
De los mil 433 casos de migrantes centroamericanos, del Caribe y de México que fallecieron o desaparecieron el año pasado, 668 fueron reportados en la frontera de México y Estados Unidos, lo cual representa 46.6 por ciento del total, pero “es trágico el hecho de que los restos de muchas personas nunca son recuperados y sus muertes siguen siendo invisibilizadas”, advierte el informe.
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