Cruz Azul arrancó con la potencia necesaria para arrollar a Monterrey, pero una frenada inesperada terminó por consagrar la primera derrota cementera en el año.
La Máquina pitaba gracias a Uriel Antuna, fue gracias a que Germán Berterame apareció en los momentos claves, que el juego en el Azteca fue para Rayados, 2-3 final.
El atacante regiomontano se dio hasta el lujo de un autogol, en una noche en la que hizo lo que quiso con la defensa cementera.
El arranque fue prometedor para La Máquina del Potro Gutiérrez. Cruz Azul se notó cómodo en casa, pese a que la gente no respondió en la grada.
Los arribos de Uriel Antuna fueron constantes. El Brujo se supo importante y respondió a la confianza. Rivero lo habilitó en el área y con un potente disparo abrió el marcador.
La locomotora cementera avanzaba con paso firme. Resistió las respuestas regias de Berterame y Ponchito González. Incluso, Estrada y el propio Antuna tuvieron el segundo.
Cruz Azul de malas
La mala puntería le costó caro al Cruz Azul.
En una de las últimas del primer lapso, Gallardo de escapó, Funes Mori, con una finta, dejó solito a Berterame. Germán, sin piedad mandó el juego al descanso con paridad en el marcador.
El complemento prometió espectáculo. Ponchito y Rodrigo Aguirre se conjugaron en una pelota larga. El charrúa centró y Funes Mori, el Rayado, entró en segundo palo para la voltereta.
La desesperación se notó en los rostros locales. Estrada se equivocó y por un codazo sobre Romo se fue a bañar temprano. La Pandilla vio su oportunidad y no la dejó escapar.
En una jugada individual de alto calibre, Berterame se escabulló de su marca, con un zapatazo cruzado dejó a Corona lamentándose.
El 1-3 pareció sentenciar a los cementeros.
El Potro mandó a los refuerzos al campo. Lotti y Carrera corrieron con mucho compromiso, aunque fue en un tiro de esquina que el propio Berterame desvió, donde los azules consiguieron acortar la distancia.
El daño estaba hecho, La Máquina peleó hasta el último minuto… no le alcanzó.