Las lesiones o quemaduras por fuegos artificiales son un problema de salud pública y en diciembre la incidencia es mayor, dijo la doctora Rossana Janina Llergo Valdez, presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología.
Explica que el 30% del total de los casos de quemaduras se dan en este mes, por eso se vuelve relevante hablar del tema.
“Es a veces complicado porque se contrapone con algunas tradiciones, pero definitivamente se debe hablar del riesgo y generar conciencia en la población, además de buscar regulaciones al respecto”.
Comparte que la principal recomendación sería evitar esta práctica; se sabe que el grupo más afectado está entre los 5 y los 14 años, por ello, si no se impide, al menos todos estos menores deberían estar estrictamente supervisados por un adulto.
En este sentido, la especialista dijo que en caso de realizar esta práctica, es importante tener cuidado en donde se almacenan los fuegos artificiales, no guardarlos en los bolsillos, no llevarlos a la boca, no arrojarlos a las personas, animales, casas o árboles, no quemarlos en cantidad importante y que sea uno a uno. Aun así enfatiza que todo ello es un riesgo que no se debería correr.
La dermatóloga complementa que las quemaduras de este tipo pueden ir desde un enrojecimiento y ardor en el momento, hasta severas lesiones internas. “Si analizamos los casos reportados, principalmente son dedos, manos y cara, así que una cicatriz en estas zonas puede delimitar la función de la parte anatómica”.
¿Qué hacer en caso de quemaduras?
Llergo Valdez explica que lo primero es alejarse de lo que está propiciando las quemaduras, también hay que quitar la ropa quemada de la piel y lavar la zona por los restos de pólvora que pudieran presentarse, esto debe ser con agua templada, nunca con fría porque la sensibilidad de la zona está alterada, si se puede contar con una crema que contenga hidrocortisona se puede aplicar o en su defecto, una vaselina y cubrir la zona afectada e inmediatamente acudir con un dermatólogo.
Dijo que es importante considerar que unas quemaduras debe evaluarse, saber si es superficial, de la dermis papilar (tejido conjuntivo superficial, delgado y rico en células y vasos), o de segundo grado, donde ya se involucra la dermis reticular (la capa más profunda y gruesa y rica en fibras, que aporta firmeza del tejido conjuntivo cutáneo y se confunde en profundidad con el tejido subcutáneo), esto solo lo puede hacer el especialista, por ello es importante acudir con ellos para una curación más rápida de la herida y reducir la posibilidad de una cicatriz.
Pero no solo las quemaduras es el único problema que aumenta en la piel en estas fechas, de manera regular durante la temporada de invierno observamos más casos de resequedad importante, en dermatología se le conoce como xerosis. Aunque todos presentamos una piel mucho más seca, hay personas que tienen la piel sensible, denominada atópica, y que padecen ya problemas con enfermedad inflamatoria crónica, esto va a exacerbar sus brotes. Por ello es importante reconocer que la piel necesita cuidados y necesitamos mejorar los hábitos en el cuidado de la piel.
Quemaduras por el frío
Llergo Valdez explica que en esta época del año los cambios de clima, es decir, que haya más frío favorecen la piel seca, también utilizar calefacción provoca condiciones adversas. Todo ello sensibiliza a la piel para el desarrollo de enfermedades inflamatorias. Esto es un problema porque no vemos a la piel como parte del cuidado de nuestra salud, sin embargo es el órgano más grande del cuerpo. Ante este fenómeno, la especialista brinda al público de El Economista tres consejos clave para la atención de la piel.
- Generar una limpieza suave, es decir el aseo de la piel con algún jabón en barra o líquido, dermolimpiador o limpiador que contenga calidad de humectante,
- Un segundo paso será utilizar una crema con las mismas características. Para ello podemos revisar las etiquetas y buscar ceramidas, urea, ácido láctico, ácido hialurónico, estos son ingredientes adecuados para la compra. Es importante que esto se utilice todos los días, principalmente después del baño.
- Por último, un protector solar, este es un paso que no se debe eliminar aunque veamos menos sol o se sienta menos calor. Este es importante incluso en un interior, para que se logre la protección ultravioleta o de dispositivos electrónicos.
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