Rafael Caro Quintero, exlíder del extinto Cártel de Guadalajara, preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano, volvió a recurrir a la protección de la justicia.
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En esta ocasión, el famoso narcotraficante se queja de actos de incomunicación, segregación, aislamiento, cautiverio con tormentos físicos y psicológicos, malos tratos, abuso de autoridad, tortura y lesiones que ponen en riesgo su vida, por parte de las autoridades del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) del Altiplano donde se encuentra preso desde julio pasado, tras ser detenido con fines de extradición a Estados Unidos.
Ante esto, el fundador del Cártel de Guadalajara interpuso un juicio de amparo ante un juez del Estado de México, mismo que le otorgó una suspensión de plano para que cesen los actos consistentes en la incomunicación, segregación, aislamiento, cautiverio con tormentos físicos y psicológicos, malos tratos, abuso de autoridad, tortura y lesiones que ponen en riesgo su vida, que considera violatorios a sus derechos humanos.
El juzgador dio un plazo no mayor a 24 horas a las autoridades del Cefereso número 1 “Altiplano”, con sede en Almoloya de Juárez, Estado de México, para dar cumplimiento a esta determinación, apercibidas que si al rendir su informe correspondiente afirmaren una falsedad o negaren la verdad, podrían incurrir en el delito previsto en el artículo 262, fracción III, de la ley de la materia.
Frenada, la extradición de Caro Quintero
Rafael Caro Quintero es requerido en Estados Unidos por el asesinato de Enrique Kiki Camarena, agente de la Administración de Control de Drogas (DEA); el crimen ocurrió en 1985.
El ex líder del cártel de Guadalajara logró mediante un amparo evitar su extradición, aunque sea de forma momentánea, en lo que el juicio de garantías se resuelve.