A unas horas del fallecimiento de Fernando del Solar, el ex conductor de Venga la Alegría y La Academia, que se desarrolló en los últimos años como conferencista, donde exponía su visión de esperanza y positivismo en su constante batalla contra el cáncer, sus amigos hicieron sentir la pérdida.
El argentino naturalizado mexicano luchó contra la enfermedad desde hace diez años y aunque fue dado de alta en tres ocasiones, recayó en el diagnóstico varias veces. Encima, a principios del mes falleció su padre.
Dos de sus amigos más cercanos, y quienes pidieron que se omitiera su nombre por respeto a su memoria, afirmaron que Fer sentía algo irregular en su vida desde principios de año, por eso decidió casarse con su novia Anna Ferro, en abril pasado.
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“Quería dejarla protegida y cristalizar el sueño de su vida: unirse a ella formalmente”, afirmó uno de ellos.
“Fueron muchos altibajos en su vida últimamente, y lo de su padre lo entristeció como nunca”, añadió el otro.
Anna y él cumplieron cinco años de relación el 17 de febrero y los dos tenían la intención de mudarse a Cancún; sin embargo, el actor entró en depresión por el fallecimiento de su padre, Norberto Cacciamani.
Aunque era de dominio público que el conductor de La Academia padeció cáncer desde el 2012, primero le fue diagnosticado como Linfoma de Hodgkin, que es el término médico para la enfermedad que ataca los glóbulos blancos.
Fanático del Cruz Azul y del Barcelona, Fernando del Solar tenía un grupo de amigos cercanos, quienes lo procuraron durante sus momentos más difíciles, entre ellos el cantante Aleks Syntek, el actor Rodrigo Cachero, el empresario y ex esposo de Lidia Ávila (de OV7), Paulo Lauría, y el comunicador y conferencista Efraín Barrera.
“Un ser humano de una nobleza infinita, siempre sonriente, ameno y optimista. La esperanza era una de sus palabras recurrentes. Decía ‘la felicidad eres tú’. Estaba muy contento con sus conferencias”.
“Previo a la pandemia tuvo altas y bajas de su enfermedad. Gran parte de la gente lo sabía. Tenía una fuerza muy cabrona era un guerrero, un luchador”, manifestó Barrera, quien lo conoció cuando fueron conductores de Venga la Alegría.
También recordó que por muy buenas temporadas hicieron un “Club de Toby”, en donde se juntaban varios amigos en su casa de Jardines del Pedregal para comer pizza, jugar videojuegos y chismear.
“Nos encantaba pasarla platicando en la mesa, en un ambiente súper sano, comíamos pizza o pollo, éramos de refresco. Casi nunca lo veías tomar alcohol. Jugaba FIFA (el videojuego), su favorito. Compartíamos anécdotas, nos la pasábamos muy bien”, detalló Barrera.