A pesar de que en este Gobierno se destaca como política pública la recuperación del poder adquisitivo del salario, 17.8 millones de personas tienen un trabajo precario, o dicho de otra manera, trabajan en condiciones críticas.
Esta cifra representa un máximo histórico desde que se tiene registro, es decir, desde 2005.
De las más de 56 millones de personas que laboran en el País, 1 de cada 3 tiene un trabajo precario en el primer trimestre de 2022, revelan datos del Inegi.
Es decir, que 31.80 por ciento de la población ocupada labora más de 48 horas semanales, pero gana sólo dos salarios mínimos como máximo al día, se emplea por más de 35 horas a la semana con ingresos inferiores al salario mínimo o los que trabajan menos de ese tiempo lo hacen por razones ajenas a sus decisiones.
La cantidad de personas que laboran en condiciones críticas en los primeros tres meses de 2022 creció 30.51 por ciento anual.
Clemente Ruiz Durán, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, destacó que la relación entre el tiempo de trabajo y los ingresos que se perciben se encuentran en uno de los puntos más críticos de los últimos años.
Además, muestra la debilidad del mercado laboral, que obliga a las personas a aceptar un trabajo precario por la situación económica.
Todo esto afecta a los hogares mexicanos porque hay más en condiciones de subsistencia y se empobrece a las clases medias de México, remató Ruiz Durán.
El País presenta un problema de precarización del mercado laboral, destacó Juan Carlos Moreno Brid, catedrático de la Facultad de Economía de la UNAM.
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Consideró que la política de recuperación del salario mínimo por sí sola es insuficiente para corregir el problema y para avanzar se debe abandonar la estrategia de austeridad republicana, entre otras acciones.
Actualmente, el salario mínimo general es 172.87 pesos diarios y en la Zona Libre de la Frontera Norte pasa es de 260.34 pesos al día.
Agencia Reforma