Aunque se desconocen aún sus motivos para perpetrar la matanza en una escuela de Texas, el diario The Washington Post habló con algunos de quienes fueron sus amigos. Como Santos Valdez, quien iba con Ramos en la primaria. Valdez dijo que solía jugar Fortnite y Call of Duty con Ramos, pero que de repente empezó a cambiar. Tras verlo con cortes en toda la cara, Ramos le confesó que se cortaba con cuchillos “por diversión”.
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En la escuela, su tartamudez y su fuerte seseo convirtió a Ramos, ciudadano estadunidense, en víctima de bullying.
“Lo acosaban mucho”, dijo al Post Stephen García, quien se consideraba el mejor amigo de Ramos en octavo grado. “Era el niño más agradable, más tímido”.
Un día, Ramos publicó una foto suya con delineador negro, lo que provocó que lo tacharan, con términos despectivos, de gay.
Ramos terminó por abandonar la secundaria de Uvalde, Texas y empezó a vestir de negro, como emo. También se dejó el pelo largo.
Valdez dujo que hace alrededor de un año, Ramos publicó en redes sociales fotos de rifles automáticos, como su “lista de deseos”. Días antes de la masacre subió fotos de dos rifles que compró por su cumpleaños 18. Una de ellas fue localizada en la escuela de Texas donde atacó el joven.
En Instagram, de acuerdo con el Post, que citó a Nadia Reyes, compañera de secundaria de Ramos, éste publicó videos en los que se enfrentaba a su madre de forma muy agresiva.
Rubén Flores, quien era vecino de la familia de Ramos, dijo al Post que en su momento intentó ser la figura paterna del joven, ante los problemas que éste tenía en casa con su madre, que consumía drogas.
Finalmente, Ramos, quien según la cadena ABC News cumplió 18 años el pasado 16 de mayo, se mudó a vivir con sus abuelos. En los últimos años, sus amigos se alejaron más de él por sus reacciones violentas, tanto con personas cercanas como con desconocidos.
Rolando Reyes, de 72 años y abuelo de Ramos, aseguró a la cadena noticiosa que él no tenía ni idea de que su nieto hubiera comprado dos rifles AR-15 o que los tuviera en su casa de Texas.
De haberlo sabido, dijo, lo habría entregado. Reyes no podía tener armas de fuego en su casa porque tiene antecedentes penales por felonía.
Según Reyes, el martes por la mañana, antes del tiroteo en Texas, no vio nada inusual que augurara lo que iba a pasar. Según él, el sospechoso tuvo una pequeña discusión con la abuela sobre la factura de teléfono.
Sin embargo, Ramos disparó en la frente a la abuela antes de partir a la escuela a perpetrar su matanza. La mujer se encuentra hospitalizada, y hoy fue sometida a cirugía en Texas.
Reyes dijo también que Ramos, quien ocupaba una de las habitaciones de la casa de los abuelos en Texas, donde dormía en un colchón en el suelo, no sabía conducir ni tenía carnet. Por eso, desconoce cómo fue que su nieto acudió al lugar donde compró las armas, o si se entrenó con ellas.
Que no sepa conducir podría explicar por qué Ramos estrelló el vehículo en el que llegó a la escuela, antes de atrincherarse en un salón y matar a los niños y maestras que allí se encontraban.
Identificadas, las primeras víctimas de la masacre en Texas
Seis niños de 10 años y dos maestras hispanas son las primeras víctimas identificadas por las familias del tiroteo que tuvo lugar el martes en una escuela de Uvalde, Texas y que dejó 21 personas muertas, además del propio atacante.
La primera en ser identificada fue la maestra Eva Mireles, de 44 años y que trabajaba como profesora de educación especial en el colegio Robb Elementary, donde tuvo lugar el tiroteo.
Mireles fue identificada en las redes sociales como una de las víctimas por la madre de una de sus exalumnas, Audrey García.
García, cuya hija tiene síndrome de Down, publicó en un mensaje en Twitter fotografías de la maestra de educación especial con su hija, y dijo que la educadora creía en las posibilidades de la pequeña y que hizo “todo lo posible” para ayudarla en su educación.
about:blank Mireles, que llevaba 17 años ejerciendo de docente, estaba casada con un agente de Policía de Uvalde, con quien tenía una hija en común.
Mireles fue una de las dos maestras que murieron en el tiroteo junto a 19 sus alumnos. Todos ellos se encontraban en la clase en la que se atrincheró el agresor, Salvador Ramos.
La otra maestra fallecida es Irma García, según indicó al canal televisivo NBC su hijo, Christian García.
La profesora llevaba 23 años ejerciendo de docente en el centro escolar y, según la versión de su hijo, se erigió en escudo humano para proteger a sus estudiantes durante el tiroteo.
García, casada y con cuatro hijos, fue finalista en 2019 junto a otros 18 profesores del área de San Antonio (Texas) del premio de la Universidad Trinity a la excelencia en la enseñanza.
El primer alumno en ser identificado públicamente por su familia fue Xavier López, de diez años.
López y su madre habían estado juntos durante una ceremonia de entrega de premios en la escuela en la mañana del martes, justo unas horas antes de que se produjese el tiroteo.
Fue precisamente la madre del pequeño, Felicha Martínez, quien confirmó su muerte al diario Washington Post, y describió a su hijo como un niño divertido, que jamás estaba serio y cuya sonrisa nunca podrá olvidar.
También tenía 10 años Amerie Jo Garza, cuyo padre, Ángel Garza, había colgado un mensaje en Facebook el martes en las horas inmediatamente posteriores al tiroteo, en el que pedía ayuda para encontrar a su hija.
En la misma noche del martes, Garza actualizó su mensaje en la red social indicando que la pequeña “ya había sido encontrada” y estaba “volando con los ángeles en el cielo”.
También tenían diez años tres de las otras víctimas identificadas hasta ahora: Rojelio Torres y las primas Jackie Cazares y Annabelle Rodríguez.
El último alumno identificado por el momento es Uziyah García, cuya muerte fue confirmada a los medios por su abuelo, Manny Renfro.