Preocupantes noticias llegan desde la frontera de Rusia y Ucrania. Movilización de tropas en ambos bandos, alistamiento de la flota OTAN, aprestos que van desde el Báltico hasta el Mar Negro. ¿Cuáles son las causas de este conflicto? ¿Puede escalar a una guerra? ¿Qué consecuencias traería? ¿Impactaría a América Latina?
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En lo más inmediato de los antecedentes estaría la llamada guerra del Dombass, en 2014. En esa oportunidad, luego de fuertes enfrentamientos políticos en Ucrania entre partidarios de un mayor acercamiento a Europa versus sectores prorrusos, estalló un conflicto que generó la emergencia de territorios que se separaron de Ucrania, en la frontera con Rusia. Además, Rusia se apropió de la península de Crimea, lo que después fue ratificado por un plebiscito local. La paz se ha mantenido con dificultades desde entonces, ambos bandos se denuncian recíprocamente.
En una interpretación más larga, muchos analistas ubican el inicio del conflicto en la desintegración de la Unión Soviética, y la emergencia de diversas repúblicas que acompañaron a Rusia en esa experiencia, entre ellas, Ucrania. Cuenta la leyenda -no hay comprobación documental de ello- que una de las condiciones que habría aceptado la entonces URSS en sus últimos momentos, fue que la OTAN no se expandiría hacia el Oriente. Pero la OTAN sí lo hizo y ello siempre fue denunciado por Rusia como una amenaza a su seguridad. Esa expansión de la OTAN generó conflictos llegándose a una breve pero cruenta guerra con Georgia, en agosto de 2008. En esa oportunidad, las tropas rusas acudieron en apoyo de las fuerzas de Osetia del Sur y Abjasia, pertenecientes a enclaves de mayoría rusa.
En la guerra del Dombass, las fuerzas separatistas prorrusas generaron dos enclaves, las llamadas repúblicas de Doneskt y Luganst, ambas contiguas a la frontera rusa. El alto al fuego se estableció y se ha mantenido con escaso rigor. Desde entonces, se producen cotidianos choques entre los separatistas y las fuerzas ucranianas leales al Gobierno central.
El interés del Gobierno de Kiev por ingresar a la OTAN se acentuó después de la guerra de 2014, y ello es denunciado por Moscú como una amenaza a su seguridad. En los últimos días, la situación se ha agravado. Ello ha motivado el establecimiento de un diálogo directo entre el Canciller ruso (Sergey) Lavrov, y el Secretario (Antony) Blinken del Departamento de Estado de EU. Es decir, en la mesa de negociación están las dos potencias, pero no están los ucranianos. No pocos recuerdan las negociaciones entre (Adolf) Hitler y los líderes de Francia e Inglaterra decidiendo la suerte de Checoslovaquia, antes de la Segunda Guerra Mundial. Hasta ahora, las negociaciones no han detenido el agravamiento de la crisis. Moscú niega planes de invasión a Ucrania, mientras que la OTAN se prepara, aunque en el bando occidental hay matices.
En efecto, una cosa es la OTAN (alianza militar de la mayoría de los países europeos con EU y Canadá) y otra es la Unión Europea. Esta última, con Gobierno en Bruselas muestra diversidad de puntos de vista respecto a esta crisis. Mientras algunos países, como el Reino Unido, Francia y España se movilizan, otros, como la poderosa Alemania, practican la prudencia.
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¿Hay peligro real de guerra?
Los dos bandos proclaman que no, pero ambos han movilizado tropas junto a flotas aéreas y oceánicas. La OTAN ha enviado armamento a los ucranianos, los rusos alistan fuerzas no solo en el flanco sur y este de Ucrania, también mueven fuerzas por el territorio de su aliado Bielorrusia. Estados Unidos ha evacuado a familias de diplomáticos de Kiev y los británicos también. Se puede pensar que estamos ante una clásica maniobra de crisis, ambos bandos amenazan con el uso de su fuerza militar pero en realidad lo que quieren es presionar al otro para que acepte sus condiciones. Pero las crisis pueden escalar, ya sea por decisión racional, o por “errores de teniente”, ocasionados en un frente amplísimo donde al final, en la primera línea se ubican oficiales subalternos que con un acto fallido pueden desencadenar un gran conflicto.
Agencia Reforma