El gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, demandó una investigación para deslindar responsabilidades sobre lo que ocurrió en Tula.
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El mandatario sugirió que la investigación de la Procuraduría Estatal de Justicia y la Fiscalía General de la República integren una investigación sea apoyada por organismos de los Derechos Humanos
“Hay una serie de cuestionamientos: si se actuó a tiempo, si se actuó bien, si se hizo lo que se tenía que hacer, si avisaron las autoridades, si no avisaron. Todas esas interrogantes deberán responder en su momento las autoridades competentes”, indicó el mandatario al dar continuidad al Plan DN-III, aplicado en Tula.
Al recibir apoyo de maquinaria del gobierno federal, dijo que se tiene una afectación en nueve municipios, 26 puentes vehiculares, 12 peatonales, 18 centros educativos, tres hospitales, 25 sistemas de agua potable y drenaje, ocho balnearios, dos centros culturales y 3 mil 574 viviendas dañadas.
Explicó que para la reconstrucción de la zona de desastre se requieren, de manera inicial, 6 mil 500 millones de pesos, por lo que urge la declaratoria de emergencia y pidió a la Ciudad de México y al Estado de México saldar la deuda histórica que tienen con Tula, que recibe las aguas negras, pues indicó que Hidalgo les envía líquido limpio y regresan residuales a través de los túneles emisor central y oriente, además del río Tula, la presa Taxhimay y Requena.
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El Túnel Emisor Oriente (TEO) fue construido durante 11 años para evitar inundaciones en el Valle de México, pero tras iniciar operaciones a finales de 2019 acarreó el problema al Valle del Mezquital en Hidalgo.
Al operar a su máxima capacidad durante las pasadas lluvias causó el desbordamiento del río Tula, porque no se llevaron a cabo las obras proyectadas para aumentar su cauce y con ello evitar inundaciones, dejando 16 fallecidos y al menos 70 mil damnificados.
“El TEO es una obra hidráulica estratégica de drenaje de Ciudad de México. Con la entrada en funciones del TEO estamos recibiendo del orden de 20 por ciento más de caudal”, dijo en entrevista con MILENIO el titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en Hidalgo, Eleazar Saucedo Rojas.
Si bien no fueron atípicas las tormentas que azotaron aquella región la madrugada del martes 7 de septiembre, el río Tula se desbordó porque su cauce fue insuficiente debido a la nueva aportación de aguas residuales que recibe a través del TEO, además de que no tiene capacidad para desalojar ese caudal en época de lluvias, sumado al desfogue de la presa Requena y las precipitaciones sobre su cuenca.
“En el momento más complicado tuvimos aproximadamente 220 metros cúbicos por segundo fluyendo de los emisores (oriente y central), de forma que aquí en la comunidad, en el municipio de Atotonilco de Tula, se llegaron a registrar entre 400, 450 metros cúbicos por segundo, siendo que al río le caben, desde el punto de vista hidrológico, 250 metros cúbicos por segundo. Superamos bastante la capacidad del río”, dijo el funcionario.
El TEO operó a su máxima capacidad, desalojando 150 metros cúbicos por segundo de aguas residuales, junto con el desagüe del Túnel Emisor Central, cercano a los 100 metros cúbicos por segundo, y el desalojo del río El Salto, que envían las aguas negras al río Tula. Además, el afluente recibió las tormentas de la zona más el desfogue de la presa la Requena, que llegó hasta 135 por ciento de llenado.
“No obstante que la principal fuente de agua para la zona es la que surte de los emisores, el Túnel Emisor Oriente y el Túnel Emisor Central, a partir de esa presa estuvimos controlando el caudal, estuvimos reteniendo lo más que pudimos para que con esa retención de caudales, en la presa, pudimos evitar que más agua llegara al río Tula en los momentos más complicados”, indicó.
La noche del martes, la titular del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Alejandra Méndez Girón, afirmó que las precipitaciones no fueron atípicas. “Son lluvias normales (…) tenemos tres meses de lluvia y el suelo se está saturando”, explicó
Saucedo Rojas resaltó que, para reducir el riesgo de inundaciones en la región con la operación del TEO, Conagua emprendió las obras para la rectificación y revestimiento del río Tula, que aumentarían la capacidad del afluente de entre 500 a 600 metros cúbicos por segundo, pero fueron suspendidas en 2019 debido a un amparo que obtuvieron en contra del municipio grupos que se opusieron al derribo de árboles centenarios.
“Se consideraba revestir 19.5 kilómetros, pero solo se construyeron bordos a lo largo de cuatro kilómetros en la parte baja del río”. Eleazar Saucedo adelantó que “para evitar esas inundaciones, el gobierno del estado y la Federación unirán esfuerzos para revivir el proyecto”. “Este tipo de trabajos sí es indispensable.
Con este tipo de trabajos esperaríamos poder manejar caudales sin problema en el lecho del río del orden de 500 metros cúbicos por segundo, y ahorita manejamos 450. Insisto, si hubiéramos tenido ya esa obra finalizada, no estaríamos viviendo esta situación, menos si se hubiera llevado el caudal a 600 metros cúbicos por segundo”, resaltó.