El segundo fracaso en la era de Gerardo Martino se consumó. Estados Unidos es campeón de la Copa Oro.
Otra vez con un gol en tiempo extra, en menos de dos meses, el cuadro de Las Barras y Las Estrellas venció en una Final a México, 1-0 con gol de Miles Robinson al 117′.
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Edson Álvarez carga con una buena parte de la culpa de la derrota en el tiempo extra. Primero, cometió una falta infantil sobre Nicholas Gioacchini cuando el Tricolor tenía superioridad de 5 contra 2 y después al marcar mal a Robinson en el largo centro de Kellyn Acosta.
El Tricolor cedió el trono de la Copa Oro ante un equipo alternativo de Estados Unidos, el representativo que hace dos meses le ganó la Nations League.
Así, con este panorama sombrío, México comenzará su camino en la Eliminatoria Mundialista.
México dominó los primeros 60 minutos, en los que Rogelio Funes Mori exigió al portero en un cabezazo, un tiro de media distancia y un mano a mano, en los que Edson Álvarez también probó al guardameta desde la media luna y en los cuales Orbelín Pineda hizo una finta de genio y después disparó desviado de la portería.
Solo que en esos mismos lapsos hubo dos pestañeos de la defensiva, como en todo este torneo, primero con Edson Álvarez perdiendo en la salida y con Paul Arriola mandando el balón al poste, en el mano a mano, y después con una jugada en la que Luis Rodríguez no salió a tiempo en el fuera de lugar y por eso Gyasi Zardes se fue solo frente a Alfredo Talavera y, para fortuna de México, disparó fuera del marco.
Esos fueron los mejores minutos de Estados Unidos, entre el 60′ y 75′, con una serie de llegas en las que a Talavera por poco le da taquicardia, en particular en un remate franco de Arriola en la que el guardameta salvó con pura valentía, al arrojarse sobre el balón.
México había jugado bien, con Jesús Gallardo y Luis Rodríguez más como extremos que como laterales, con el dos contra uno en varias zonas de la cancha, con un Héctor Herrera lanzando diagonales a los movimientos de Jesús Manuel Corona y Orbelín Pineda, pero una vez más el equipo empezó a caerse cuando lo atacaron, ante la fragilidad de sus defensas.
La mayoría de los 61 mil aficionados presentes en el Allegiant cantaron los “oles” durante el tiempo extra, en el que se vivió con mucha tensión.
Al final del juego, Sebastian Lletget abrazó a Jonathan dos Santos, quien ya se dio permiso para llorar.
Agencia Reforma