Luego que el periodista Jorge Ramos cuestionó si había fracasado la estrategia en materia de seguridad de abrazos, no balazos, el Presidente Andrés Manuel López Obrador admitió que la violencia no es un problema fácil de resolver.
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“Claro que no es un asunto fácil y ya lo expliqué, que fue el fruto podrido que heredamos y no es que le esté echando la culpa sin razón a los anteriores presidentes, pero se sabe, es de dominio público, que el manejo de la seguridad estaba prácticamente a cargo de la delincuencia y esto viene de tiempo atrás”.
En su conferencia mañanera, López Obrador aseguró que sus opositores han querido culpar a su gobierno de la violencia generada por los cárteles, a pesar de que es un problema “heredado” de administraciones anteriores y de que se han realizado esfuerzos por generar condiciones de paz.
“Llegamos al gobierno y nos encontramos todas estas bandas, estos grupos, y estamos haciendo un esfuerzo para garantizar la paz, no con los métodos de ellos, sino atendiendo las causas que originaron la violencia en el país: la corrupción, desigualdad económica y social. Vamos avanzando poco a poco, pero a lo seguro para pacificar al país”.
El Presidente aseguró que cuando se habla de ingobernabilidad, quizá se refiera a lo que ocurría en el pasado, cuando “la delincuencia organizada y la delincuencia de cuello blanco eran lo mismo”.
“Somo responsables, pero no culpables. Además, estamos asumiendo esa responsabilidad, trabajando para garantizar la paz y la tranquilidad y con otro método”.