Andrés aseguró que asesinó de la misma forma a cinco mujeres dentro de su casa, en la Colonia Lomas de San Miguel, en Atizapán.
A todas las atacó con un arma blanca y a golpes; las mutiló y escondió sus restos en el domicilio de calle Margaritas.
Identificó a las víctimas como Norma Jiménez Carreón, de 38 años y desaparecida en agosto de 2011; Flor Nínive Vizcaíno Mejía, ausente desde octubre de 2016 y también de 38 años; Rubicela Gallegos Castillo, de 32 años y extraviada en julio de 2019, así como de Berenice Sánchez Olvera, cuya fecha de desaparición y edad no se especificaron.
Su última víctima es Reyna González Amador, de 34, desaparecida la mañana del 14 de mayo.
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El crimen fue descubierto al día siguiente por Bruno Ángel, la pareja de la mujer, quien ingresó al inmueble y halló el cuerpo descuartizado en un sótano debajo de su habitación.
Aunque el anciano, de 72 años, intentó escapar, fue detenido por elementos de Tránsito Municipal.
Fue puesto a disposición de la Fiscalía mexiquense, ahí reconoció su culpabilidad y confesó cuatro feminicidios más.
Ayer, el Ministerio Público que lleva la investigación reveló detalles de los cinco crímenes, durante la audiencia de formulación de imputación.
Según la declaración ministerial de Andrés, explicó que, a excepción de Reyna, al resto de sus víctimas las conoció en bares de Tlalnepantla, de hace unos 10 años a la fecha.
Ellas trabajaban en los establecimientos que el sujeto frecuentaba y luego de varias ocasiones de convivir con ellas, las invitó a su casa con la intención de tener sexo.
En la mayoría de los casos, consumieron bebidas alcohólicas y después las acuchilló.
En la cocina cavó fosas, donde sepultó sus cuerpos desmembrados y los cubrió con una capa de cemento. Su ropa y objetos personales los quemó, pero conservó sus identificaciones.
En el caso de Reyna, fue sorprendido cuando aún no se deshacía de sus restos.
“Ya ni modo”: asesino serial
Lejos de la descripción que sus vecinos hicieron de él, durante la audiencia permaneció cabizbajo y apenas intervino en dos ocasiones para reiterar su culpabilidad.
“Ya ni modo lo que pasó, uno no sabe las consecuencias de lo que hace”, dijo.
Se reservó el derecho a declarar y su defensa rebatió las pruebas presentadas por el MP y el asesor legal de Bruno, con base en su edad y condición física.
Sin embargo, el Juez de Control, Juan Manuel Martínez Vitela, determinó vincularlo a proceso por el feminicidio de Reyna.
También fijó un plazo de tres meses para el cierre de investigación complementaria y una medida cautelar de prisión preventiva, por lo que permanecerá en el Penal de Barrientos.
Agencia Reforma