Estelle Chaussard, una de las coordinadoras de la investigación “Un siglo de hundimiento en la Ciudad de México”, publicado en el Journal of Geographic Research, señaló que esta sumersión de la CDMX, sumada a otros factores, repercutió en el colapso del la Línea 12 del Metro del lunes pasado.
La especialista aseguró que uno de los principales efectos de dicho hundimiento es resentido con mayor gravedad en las zonas marginadas de la Capital, lo que produce un círculo vicioso de falta de servicios y poco mantenimiento de estos.
Para Chaussard, esto explica en parte lo ocurrido con el colapso de la Línea 12 del Metro, pues dado que el suelo no resulta idóneo para gran parte de los servicios que se requieren, estos son escasos, y una vez que se instalan exigen de mayor mantenimiento que en cualquier otro punto de la Ciudad, mismo que no reciben.
“Esta infraestructura se encuentra ahí y debe ser mantenida, y eso es gran parte del costo”, señaló.
“En la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) más de 1.1 millones de hogares carecen de acceso a agua y más de medio millón carecen de condiciones sanitarias adecuadas. Zonas de altos hundimientos, que resultan en daños a edificios e infraestructura, se observan en áreas que exhiben niveles socioeconómicos bajo y muy bajo”, señala el estudio.
Esto se explica debido a que las familias de menores recursos, con menor capacidad para reubicarse a una zona con otro tipo de suelo, son más propensas a adaptarse a las condiciones de su entorno con mayor resiliencia.
En tanto, la falta de agua se reconoce debido a que las áreas de hundimiento se ubican al centro de la cuenca, lejos de las fuentes de recarga de agua, como la pendiente este de la Sierra de las Cruces, la norte de la Sierra de Chichinautzin y la oeste de la Sierra Nevada, y sólo con presencia limitada de pozos.
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Se hunde CDMX irreversiblemente
Aún si se recuperaran los niveles de agua del subsuelo capitalino, que a la fecha se extrae para el consumo humano, el hundimiento de alrededor de 50 centímetros anuales en partes de la Ciudad de México será irreversible, revelaron especialistas de la Universidad de Oregon, del Instituto de Tecnología de California y de la UNAM.
Así, tomaría 150 años alcanzar el grado máximo de compactación de las arcillas del suelo, lo que significaría un hundimiento adicional de 30 metros.
Con información acumulada de más de 100 años, los investigadores determinaron que los hundimientos de la Capital del País se han mantenido constantes al menos desde 1950 y, mientras la extracción de agua y el consumo de ésta no se modifique, dicha tendencia no podrá detenerse.
“Aún si estos niveles fueran elevados, no hay esperanza de recuperar la gran mayoría de la elevación perdida y la capacidad de almacenaje del acuífero”, advierte el estudio “Un siglo de hundimiento en la Ciudad de México.
Chaussard explicó que, dado que el agua proviene cada vez de fuentes más profundas, cualquier recarga impactará muy poco en recuperar los niveles del suelo.
Sin embargo, invitó a continuar con cualquier proyecto que permita la recarga del acuífero.
“Estoy a favor de cualquier solución para traer más agua, especialmente en el centro de la cuenca (de Valle de México), pero no será una solución por sí misma para detener la subsidencia, aunque sería un gran paso”, expresó Chaussard.
Agencia Reforma