Una manifestación de damnificados por las inundaciones de octubre y noviembre pasado afuera del aeropuerto de esta capital contradijo todo el discurso de cifras alegres que había dado el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien fue obligado a salir por una carretera de terracería para no enfrentar a los inconformes.
“¡Ya se largó!”, gritó desilusionada una mujer que participado durante tres horas en el bloqueo a la entrada al aeropuerto Leandro Rovirosa para denunciar que al menos 785 damnificados fueron censadas para recibir el apoyo de 10 mil pesos y enseres domésticos a la fecha no han recibido nada.
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“El Presidente hoy viene a la evaluación de lo que se gastó de los folios pagados en las inundaciones, cuando nosotros, que somos un grupo son 785 personas, y no nos han pagado ni nos han dado la cara capitán”, acusó José Luis Rivera, del Ejido Colorado, en Teapa.
Unos 200 damnificados bloquearon desde las 11:00 horas la entrada al aeropuerto, incluso la salida de la zona aduanal por dónde López Obrador huyó en diciembre pasado de una manifestación parecida.
“Perdimos nuestras casas, todo se fue al agua, los cerditos se ahogaron y los que no, se murieron de hambre y ni censo nos dieron, a otros al menos les dieron un folio y no les pagaron, pero a nosotros ni eso”, dijo Ángeles Morales, quien cargó una pancarta con fotos de su casa bajo el agua en Comalcalco.
Cuándo el Mandatario todavía daba su discurso en el aeropuerto, en una conferencia privada, el delegado de Bienestar en el estado, Carlos Manuel Merino, salió a tratar de convencer a los manifestantes.
“Ya se enviaron mil folios para tramitarles su pago”, les dijo, pero no le creyeron.
Indignación entre damnificados
Omar Alvarado Reyes, un hombre de Tacotalpa, de 67 años que traía una playera de Morena con las imágenes de Lopez Obrador y Lázaro Cárdenas, reprochó la falta de apoyo del Presidente a sus paisanos, y acusó que la Alcaldesa Lorena Méndez Denis solo benefició a sus gente y luego dejó el puesto para buscar una diputación.
“Hay que cumplirle al pueblo, porque con gusto tapamos pozos, caminamos, fuimos al Zócalo todas las veces, estas ropas las compré en el Zócalo, todas las idas fui con él, y daba la cara al pueblo y ahora hay gente que no le ha cumplido. ¿Pues dónde estamos?”, acusó.
Cuando terminó el informe del Presidente, el Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, y el Secretario de Bienestar, Javier May, salieron supuestamente a negociar con los inconformes pero ese momento fue aprovechado por López Obrador para salir por otra puerta que daba a un camino de terracería.
En represalia, los manifestantes impidieron la salida de López y May con quienes se enfrentaron a codazos.
May se hizo de palabras con un ciudadano que lo había empujado, y como no lograron salir, aceptaron negociar con los inconformes pero en la sombra, lo que fue tomado a burla por quienes perdieron su patrimonio.
“¡Nos inundaron, porque el Gobierno aceptó que nos inundaran y aguantamos dos meses bajo el agua y ustedes no pueden aguantar 20 minutos en el sol!”, les gritó una mujer.
Cuando ya se había ido el Presidente, supuestos policías vestidos de civil comenzaron a detener a los manifestantes.
Se llevaron a tres de ellos en patrullas de la Policía estatal.
Agencia Reforma