Los Bucaneros de Tampa Bay y los Jefes de Kansas City protagonizarán este 7 de febrero una nueva edición de la final del futbol americano, el Super Bowl LV.
Un duelo histórico, con los Jefes, que bajo la batuta de Patrick Mahomes saldrán como favoritos al título por segundo año consecutivo, mientras que los Bucaneros son el primer equipo en la historia que jugará en casa y tiene en los controles al legendario Tom Brady.
Mahomes, de 25 años, y el entrenador en jefe Andy Reid tendrán enfrente a un rival que sorprendió al conquistar la Conferencia Nacional (NFC) con un mariscal Brady que a sus 43 años sigue estando en forma inmejorable.
Pero hay algo muy importante, con Patrick Mahomes y la explosiva ofensiva de Kansas City en un bando, y Tom Brady y el habilidoso ataque de Tampa Bay en el otro, esperar que alguna de las dos formaciones defensivas pueda imponer su ley o dominar asoma como un disparate.
Pase lo que pase, será un Súper Domingo muy especial. Brady (43 años, 188 días) se convertirá en el jugador de más edad en ver acción en el gran partido.
Sólo él y LeBron James alcanzaron 10 partidos por el campeonato o series finales en las cuatro principales ligas deportivas de Estados Unidos en los últimos 30 años.
Los Jefes buscan un raro bicampeonato y si TB12y los Bucaneros los destronan, Brady tendrá siete títulos y tres premios al Jugador Más Valioso en su carrera, uniéndose a Bill Russell, Mickey Mantle, Yogi Berra y Joe DiMaggio como los únicos en cualquier deporte con esos logros.
Cuando los Jefes tengan el balón: Después de haberse establecido claramente como una potencia, ya sea que Mahomes les lance el balón a los estelares Travis Kelce y Tyreek Hill, a un impresionante grupo de otros objetivos, o entregándole el ovoide a Clyde Edwards-Helaire -sin mencionar que el mismo quarterback puede correr-, Kansas City es capaz de anotar rápidamente.
¿Cuáles serían las posibilidades de Tampa Bay de defender a estos endemoniados velocistas y diversos objetivos?
Por principio, los Bucs cuentan con el mejor grupo de apoyadores de la NFL: Shaq Barret es un especialista en presionar al mariscal de campo, Lavonte David brilla contra la carrera y Devin White puede hacer de todo un poco.
Son capaces de por lo menos causarle algún tipo de problemas a Kelce, el mejor ala cerrada de la liga.
Los Bucaneros demostraron lo sólida que puede ser su presión al quarterback en su victoria en la final de conferencia sobre Green Bay.
Capturaron a Aaron Rodgers en cinco ocasiones. La elusividad de Mahomes es similar a la de Rodgers, y es mucho más probable que salga corriendo con el balón. Mantenerlo dentro del bolsillo y bajo presión es fundamental, y los Jefes no contarán con su tacle izquierdo titular Eric Fisher (lesionado del tendón de Aquiles).
Con sólida presión al pasador, los Bucs pueden proteger a un perímetro que hace grandes jugadas, pero también las permite.
Cuando los Bucaneros tengan el balón: Si Tampa Bay está al ataque en los últimos minutos en un partido apretado, pues definitivamente que los Jefes tendrían que estar preocupados.
Sólo hay dos maneras de vencer a un equipo de Brady en el Super Bowl. Una es anotar más puntos en un duelo ofensivo desenfrenado, como lo hicieron las Águilas hace tres años. La otra es aplicar un asedio constante por el medio y los costados para que Brady suelte el ovoide antes de lo previsto o que pueda acomodarse.
Los cerebros de Jefes y Bucaneros
Pero más allá de los números de ambos pasadores y defensivas, están las mentes maestras que dirigen todo desde la banca, dos coaches veteranos, pero de diferente experiencia, Andy Reid, quien defiende la corona ante Bruce Arians.
El entrenador en jefe de los Jefes obtuvo frutos el año pasado, cuando ganó su primer título desde que empezó como head coach, en 1999.
Antes de ser entrenador titular, fue el encargado de la línea ofensiva en varios equipos del futbol americano colegial.
Durante la década de los años 90, en Green Bay, formó parte de aquel conjunto que ganó el Super Bowl XXXI en 1997, al lado de Mike Holmgren.
En 14 años al frente del equipo de la Águilas de Filadelfia obtuvo en tres ocasiones el nombramiento de Entrenador del Año. Ganó 140 partidos. Su trago más amargo: haber perdido el Super Bowl, en 2005, ante los Pat’s de Brady.
Luego de arrancar con marca de 11-5, en 2013, en su debut con los Chiefs, supo guiarlos al título en 2020, tras 50 años de sequía; dos temporadas después de reclutar a Patrick Mahomes.
En tanto, a sus 68 años, y poco más de siete temporadas como head coach, Bruce Arians tiene su primera oportunidad para ser campeón como entrenador en jefe, aunque ya ganó dos títulos en el cargo de coordinador ofensivo con el escuadrón de Pittsburgh.
Él fue quien diseñó el ataque de los Steelers en el Super Bowl XLII, en aquella histórica atrapada de Santonio Holmes ante Arizona, precisamente en el Raymond James Stadium.
Arians ha tenido que librar problemas de salud por un cáncer de próstata, que lo llevó a abandonar a los Cardinals en 2017.
Tampa Bay lo sacó de su descanso, y tras un 7-9 en 2019, hoy está cerca de la gloria.
“Si no arriesgas, no hay galleta. Vive sin miedo”, es la filosofía de un inspirado coach, quien ha vuelto a la vida y descarta por ahora la palabra “retiro”.