“Juan” es un testigo protegido clave en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Él declaró que los restos de cuerpos de normalistas y otras personas detenidas la noche del 26 de septiembre del 2014, fueron llevados a la Funeraria “El Ángel”, ubicada en Iguala, Guerrero, misma que era usada por las autoridades como Semefo.
El cártel de Guerreros Unidos, señalados como los responsables de desaparecer a los normalistas de Ayotzinapa, tenía control del crematorio pues habitualmente ahí desaparecía a sus enemigos. Las autoridades locales no lo impedían sino que incluso lo protegían.
TE PUEDE INTERESAR: Ajustarán plan de vacunación tras retrasos en llegadas de dosis
Tardaron 2 días para desaparecer los cadáveres de los estudiantes de Ayotzinapa
La operación de traslado de cuerpos al crematorio, su incineración y el regreso de las cenizas para su dispersión duró dos días, según el relato.
El jefe de plaza de Guerreros Unidos, conocido como “El Minicooper”, fue quien hizo práctica común el uso del crematorio. Una persona que el declarante “Juan” describe como bajo de estatura, tez clara, de entre 35 y 40 años de edad, era el responsable del uso de los hornos.
“Lo ubico porque a ese tipo una vez “El Minicooper” le hizo entrega de una camioneta Honda Element gris, se veía como modelo reciente, esto en pago por sus servicios que es permitir que el grupo Guerreros Unidos usara el crematorio para incinerar gente que había sido asesinada en enfrentamientos y que era contraria al grupo o bien gente a la que no querían que quedara registro que había sido ultimada ahí en Iguala”, apunta la revelación.
Agencia Reforma