21 noviembre, 2024 12:15 pm

“Demagogo es aquel que predica doctrinas que sabe son mentira a gente que sabe que es idiota”.

H.L. Mencken

Uno de los problemas de mentir es que después hay que inventar otras mentiras para cubrir la primera. Esto le está ocurriendo a Manuel Bartlett, director general de la Comisión Federal de Electricidad, con el apagón del día de los inocentes que afectó a 10.3 millones de usuarios.

Bartlett y la CFE han culpado a una supuesta quema de pastizales, como lo hicieron con los apagones de la península de Yucatán de 2019. Para comprobarlo presentaron un oficio de la Oficina de Protección Civil de Tamaulipas, solo que resultó falso.

Bartlett, sin embargo, insiste. “No tiene nada que ver el documento, falso que sea, con el evento que sí ocurrió”. Pero como esto no le sirve para sus propósitos políticos, ni garantiza que pueda cumplir la promesa del presidente López Obrador de que ya no habrá apagones, ha sacado a relucir una vez más su odio a las energías renovables. Tanto él como el director general del Centro Nacional de Control de Energía, el Cenace, han argumentado que una “máxima integración de energía renovable” de 28.7 por ciento en el sistema interconectado provocó la inestabilidad y el apagón.

Este 5 de enero el coordinador de comunicación de la CFE Luis Bravo Navarro reiteró que un exceso de energía renovable intermitente sacó de balance el sistema. Añadió que por eso el Cenace, un organismo supuestamente independiente, “está obligado por ley a limitar en cada nodo la capacidad máxima a generar, para asegurar la confiabilidad. Esto implicará para los generadores privados reducir su producción anual”.

Si bien ni la CFE ni el Cenace han presentado un informe claro sobre lo ocurrido en el apagón del 28 de diciembre, o en los de 2019 en el sureste, los hechos sugieren un problema en las líneas de transmisión, que son responsabilidad, en régimen de monopolio, de la CFE. En la conferencia del 5 de enero Bartlett dijo que la Comisión ha invertido en las redes de transmisión, pero añadió que “toda inversión es insuficiente” ya que se tendrían que crear “sistemas dedicados ante el otorgamiento indiscriminado y sin planeación alguna” de permisos de generación intermitente.

La explicación ha sido cuestionada. Víctor F. Ramírez Cabrera, de la Plataforma México Clima y Energía, me dice en una entrevista que Bartlett “sigue culpando todavía un incendio que no sabemos si ocurrió”. Subraya, además, la falta de lógica del argumento: “Para impedir fuegos, ¿van a impedir las energías renovables?”

Pensar que un 28.7 por ciento de energía renovable en un sistema genera automáticamente inestabilidad es una tontería. Tan solo el 5 de enero en la mañana, según Ramírez Cabrera, el 75 por ciento de la electricidad en California fue generada por energías renovables. En un mensaje en Twitter, por otra parte, comenta: “A ver, para claridad. Decir que un generador renovable necesita respaldo es como decir que un tortero necesita vender jugo. El que necesita jugo es el que come torta y jugo, no el tortero”.

Desde hace años se ha advertido que la CFE necesita invertir de manera muy importante en la red de transmisión: nadie más puede hacerlo. Los recursos con los que cuenta no le alcanzan, pero Bartlett, que vive en un mundo de irrealidad e ideología, piensa que la solución es impedir la inversión privada en generación, especialmente la de renovables. No hay lógica.

Lo peor es que López Obrador, en lugar de corregir una política que solo le hará un daño innecesario a su gobierno, defiende a su amigo: “No es con Manuel Bartlett, es con el presidente”.

Contrarreformas

Los organismos autónomos fueron creados, como en los países desarrollados, para tener reguladores independientes del gobierno. AMLO, como buen conservador, quiere controlarlo todo y ha anunciado que hará contrarreformas para lograrlo.

Twitter: @SergioSarmiento

Agencia Reforma

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Sergio Sarmiento